Muchas personas sienten ansiedad o miedo cuando piensan en ir al dentista. En algunos casos, este temor puede ser tan intenso que lleva a evitar las visitas odontológicas durante años. Esto, a la larga, puede afectar la salud bucal de forma grave. Aunque es un miedo común, existen varias estrategias efectivas que ayudan a enfrentarlo.
Consejos para superar el miedo al dentista
Si bien cada persona vive el miedo de manera distinta, hay una serie de recomendaciones que pueden ayudar a reducir la ansiedad que causa el miedo al dentista. Lo importante es no ignorar el problema y buscar herramientas que te hagan sentir con la seguridad y el autocontrol suficiente.
Reconoce tu miedo
El primer paso es aceptar que tienes miedo. No hay nada de malo en ello. Muchas veces, compartir este sentimiento con alguien de confianza, o incluso con el propio dentista, puede aliviar la carga emocional. Hablarlo abiertamente permite buscar soluciones.
Busca información sobre el procedimiento al que te vas a someter
Una gran parte del miedo se basa en lo desconocido. Entender qué hará el dentista, cuánto puede durar la consulta o si sentirás alguna molestia puede ayudarte a reducir la ansiedad. Preguntar no es un signo de debilidad, sino una forma de prepararse.
No llegues con prisa a la consulta
Evita agendar tu cita en un día lleno de actividades. Trata de llegar con tiempo y tranquilidad. Escuchar música relajante antes de entrar o practicar ejercicios de respiración puede ayudar a calmar los nervios.
Lleva compañía si lo necesitas
A veces, ir acompañado por una persona de confianza da seguridad. No tiene que entrar contigo al consultorio, pero saber que alguien te espera afuera puede generar una sensación de apoyo emocional.
Establece una señal de “alto”
Habla con el dentista y acuerda una señal —como levantar la mano— si en algún momento necesitas que se detenga. Esto da una mayor sensación de control durante el tratamiento.
Qué hacer para vencer el pánico en tu primera visita al dentista
La primera visita puede ser la más difícil si sientes mucho miedo. Lo bueno es que hay formas específicas de prepararte para que la experiencia no sea tan abrumadora.
Programa una cita sólo para hablar
Prueba a pedir una cita informativa para hablar con la clínica sobre cómo va a ser el procedimiento. Hablar con el dentista, conocer el lugar y hacer las preguntas que necesites puede darte la seguridad que necesitas al reducir la sensación de incertidumbre y evaluar si te sientes cómodo.
Evita pensar demasiado antes de la cita
No te enfoques en posibles escenarios negativos. Muchas veces, lo que imaginamos es peor que la realidad. Trata de mantener la mente ocupada con otras actividades en los días previos.
Duerme bien la noche anterior
Un descanso adecuado es fundamental para mantener la mente y el cuerpo equilibrados. El cansancio puede aumentar la sensación de nerviosismo.
Informa al dentista sobre tu miedo
No tengas miedo de explicar tu situación. Los dentistas están acostumbrados a tratar a personas con ansiedad y pueden adaptar el ritmo de la consulta, explicar más detalles o incluso hacer pausas si es necesario.
Lleva algo que te relaje
Puede ser música con auriculares, una pelota antiestrés o incluso un objeto pequeño que puedas sostener en la mano. Tener algo familiar puede ayudarte a mantener la calma.
Haz respiraciones profundas antes de entrar
Una respiración lenta y profunda reduce la tensión física y mental. Inhala por la nariz contando hasta cuatro, mantén el aire durante cuatro segundos, y exhala por la boca contando también hasta cuatro. Repite este ciclo varias veces.
La mejor solución para acabar con el miedo al dentista
A pesar de todo lo anterior, hay personas que siguen sintiendo un nivel muy alto de ansiedad, incluso antes de sentarse en el sillón del dentista. Para estos casos, existe una solución muy eficaz: la sedación dental.
La sedación dental no es solo una técnica para eliminar el dolor. También actúa sobre la ansiedad. Gracias a ella, el paciente puede someterse a tratamientos sin temor, con una sensación de calma y relajación durante todo el proceso, ya que tiene la garantía de que no va a sentir dolor durante su visita al dentista.
Hoy en día, hay distintos niveles de sedación, desde la más ligera, lo que llamamos sedación consciente, hasta la sedación profunda, que se utiliza en casos más complejos. La ventaja es que, con la sedación consciente, el paciente no siente dolor ni pierde completamente la conciencia. Esto permite responder a las indicaciones del dentista sin sufrir ansiedad.
Un gran avance en este campo ha sido el desarrollo de soluciones como las de SEDALUX, que explica su equipo en https://sedalux.es/clinic/dentistas/, y que buscan hacer más accesible esta alternativa a todas las personas que tienen miedo al dentista. También ofrecen servicios anestésicos ambulatorios extrahospitalarios en el ámbito de la odontopediatría, para que los más pequeños disfruten de una buena salud bucodental sin miedo.
Gracias a este tipo de innovaciones, ya no es necesario asumir que pasar miedo es lo normal para cuidar la salud bucodental. La sedación elimina el principal factor que genera rechazo: el temor al dolor. Además, su efecto relajante ayuda a reducir el estrés antes, durante y después del procedimiento, mejorando la experiencia en la clínica dental.
Otra ventaja es que puede aplicarse incluso en tratamientos sencillos, como una limpieza dental o un curetaje, si el paciente siente un miedo muy intenso. Es una herramienta flexible, segura y cada vez más utilizada en clínicas odontológicas modernas.