A pesar de que no suele ser una cuestión en la que solemos pensar en el día a día, la salud bucodental es una de las cuestiones más importantes de nuestra vida. Después de todo, cuando los seres humanos perdemos los dientes de leche y obtenemos la dentadura definitiva, sólo contamos con esos dientes para el resto de nuestra vida. Por ello, prestar atención a la salud bucal es fundamental para prevenir problemas como las caries, las enfermedades de las encías e incluso la pérdida de piezas dentales.
No debemos olvidar que la salud de nuestra boca está estrechamente ligada a la salud general del organismo. Una buena salud bucodental nos protege frente a complicaciones relacionadas con enfermedades cardiovasculares y estomacales, diabetes o neumonía. Además, una boca sana permite disfrutar de una mejor digestión, influye en nuestro bienestar general y tiene un importante impacto en la autoestima, ya que una sonrisa cuidada, además de ser símbolo de salud, también aporta confianza y una percepción más positiva de uno mismo.
Sin embargo, sigue siendo común que muchas personas no tengan claro cuándo y con qué frecuencia conviene hacer una revisión dental. Por este motivo, en este artículo vamos a tratar de aclarar esta duda tan extendida para que sepas cuándo deberías acudir al odontólogo para hacerte una revisión dental y mantener tu sonrisa radiante durante muchos años. Te recomendamos seguir leyendo para resolver cualquier duda que tengas al respecto.
Cada cuánto sería conveniente hacer una revisión dental
Por norma general, los dentistas profesionales recomiendan realizar, al menos, una revisión dental al año. No obstante, dependiendo de las características de cada persona, esta frecuencia puede ser mayor, situándose en torno a una revisión cada seis meses. Esta diferencia de periodicidad depende de factores como la edad, los hábitos de higiene, la predisposición genética o la presencia de determinados factores de riesgo. Es el propio odontólogo quien debe establecer la frecuencia adecuada en función del estado bucodental de cada paciente.
Hacer revisiones periódicas es una forma de prevención fundamental. Gracias a ellas, se pueden detectar a tiempo problemas como la pérdida de esmalte dental, la acumulación de sarro (que suele derivar en gingivitis o periodontitis), la aparición de caries o incluso alteraciones en la mordida. En la mayoría de los casos, cuanto antes se detecta un problema, más sencillo y menos invasivo resulta su tratamiento.
¿Cuándo debería hacerse una revisión dental?
Ahora bien, cuando pensamos en las revisiones dentales, debemos decir que se trata de algo que no debe verse como algo exclusivo de la edad adulta. Los odontólogos recomiendan que los niños acudan a revisión desde que comienzan a salir los dientes. De esta manera es posible detectar problemas relacionados con la formación del esmalte, con la erupción de los dientes o con hábitos que potencialmente pueden afectar a la alineación de las piezas dentales, como el uso prolongado del chupete o chuparse el dedo. Además, en edades tempranas también es común que aparezcan inflamaciones en las encías derivadas de una higiene inadecuada.
En cuanto a los adultos, podemos decir que existen señales claras que indican la necesidad de acudir al dentista. Por ejemplo, aquellas personas que suelen consumir tabaco, deben saber que este hábito aumenta el riesgo de sufrir problemas como la enfermedad periodontal, la halitosis y la aparición de manchas en los dientes. Las personas con problemas de diabetes también suelen sufrir, con mayor frecuencia, infecciones bucales.
Asimismo, las mujeres embarazadas también tienen mayor riesgo, ya que los cambios hormonales pueden favorecer problemas relacionados con la inflamación de encías. Por supuesto, aquellas personas con el sistema inmune debilitado, debido al contagio de VIH o que se encuentran bajo tratamiento con medicamentos inmunosupresores suelen presentar más probabilidades de complicaciones orales.
Por último, también podemos decir que aquellas personas que muestran síntomas evidentes, como dolor dental, encías inflamadas o sangrantes, manchas oscuras en los dientes, halitosis persistente o signos de infección son razones inmediatas para acudir a revisión. En todos estos casos, disfrutar de una revisión por parte de un profesional permite asegurarse de que el estado de salud de la boca es óptimo, además de prevenir complicaciones en el futuro.
La importancia de contar con una clínica dental de confianza
Más allá de la frecuencia con la que se realice una revisión, debemos decir que resulta fundamental ponerse en manos de profesionales cualificados. Hoy en día, existen clínicas odontológicas que aúnan la experiencia de especialistas junto con el uso de las tecnologías más avanzadas para ofrecer diagnósticos precisos y tratamientos adaptados a cada caso y lo menos invasivos posible.
Un buen seguimiento dental permite no solo disfrutar de una buena la salud bucal, sino también garantizar que cualquier problema pueda ser tratado de la forma más eficaz posible. En este sentido, clínicas como Calma Dental, ubicada en Llíria, representan un ejemplo de confianza, ya que cuentan con especialistas de larga trayectoria y emplean materiales y tecnología de vanguardia en su amplia variedad de tratamientos.
No cabe duda de que depositar tu confianza en un equipo profesional es un factor que puede marcar la diferencia en el bienestar general del paciente. Recuerda que la revisión dental es una práctica preventiva que nunca debería posponerse. Lo recomendable es realizar, al menos, una visita anual al dentista, aunque en muchos casos la frecuencia debe ser mayor y situarse en torno a cada seis meses. Los niños, las mujeres embarazadas, los fumadores, las personas con diabetes o con defensas bajas son grupos de población que suelen requerir una especial atención y seguimiento.
Detectar a tiempo cualquier problema que pueda aparecer, desde una caries incipiente hasta una inflamación de encías relacionada con el sarro, permite abordarlo de forma rápida y sencilla, evitando complicaciones futuras. En definitiva, no cabe duda de que acudir de manera periódica al odontólogo no solo es una buena manera de salvaguardar la salud de nuestra boca además de contribuir al cuidado del organismo en general y al bienestar emocional que proporciona una sonrisa sana y bien cuidada.