Cómo funcionan las subastas: tipos y de qué forma participar en ellas

Las subastas son una de las formas más antiguas y transparentes de intercambio comercial. Permiten que el valor de un bien se determine a través de la competencia entre los compradores, lo que garantiza precios justos y procesos abiertos. Hoy en día, las subastas han dejado de ser un procedimiento reservado a expertos o coleccionistas y se han convertido en una opción accesible para cualquier persona gracias a las plataformas digitales. Desde obras de arte y viviendas hasta vehículos o joyas, prácticamente todo aquello con valor puede subastarse. Sin embargo, entender cómo funcionan y qué tipos existen es fundamental para participar de forma segura y con éxito. ¡Te explicamos cuáles son los diferentes tipos de subastas!

Qué es una subasta y cómo funciona

Una subasta es un procedimiento mediante el cual un bien o conjunto de bienes se ofrecen al público para su venta. Los interesados realizan ofertas, denominadas pujas, y el bien se adjudica finalmente a quien ofrece el mejor precio. El proceso comienza con el anuncio del lote o los bienes a subastar, que incluye una descripción detallada y un precio de salida, normalmente inferior al valor estimado del mercado para fomentar la participación. Durante la subasta, los pujadores van realizando sus ofertas dentro del plazo establecido, y cuando se cierra el proceso, el bien se adjudica al postor que haya realizado la oferta más alta válida. Las subastas pueden celebrarse presencialmente, en salas físicas con la intervención de un subastador o notario, o de manera online, a través de plataformas autorizadas. Estas últimas son cada vez más populares, ya que permiten participar desde casa y acceder a una gran variedad de artículos.

En las subastas públicas —como las de bienes embargados o procedentes de entidades financieras—, el proceso está regulado por ley y se realiza bajo estrictas garantías. En cambio, las subastas privadas (de arte, joyas o coleccionismo) son gestionadas por entidades o casas especializadas, que actúan como intermediarias entre el propietario y los compradores. El atractivo de las subastas radica en su transparencia: todos los participantes conocen las reglas del juego y el valor final lo fija el mercado. Además, permiten adquirir bienes únicos o de gran valor a precios más bajos de lo habitual.

Tipos de subastas

Existen diferentes tipos de subastas, que se distinguen según el procedimiento de puja o el tipo de bien que se pone en venta.

Según el procedimiento

Según el procedimiento, las subastas pueden ser las siguientes:

    • Subasta ascendente o inglesa: Es la más común. Se parte de un precio inicial, y los participantes van aumentando sus ofertas. La subasta concluye cuando ya nadie mejora la última puja, adjudicándose el bien al mejor postor.
    • Subasta descendente o holandesa: Empieza con un precio alto que se reduce progresivamente hasta que un comprador acepta el importe propuesto. Es frecuente en la venta de productos perecederos o lotes industriales.
  • Subasta de sobre cerrado: En este formato, los participantes presentan su oferta sin conocer las de los demás. Al finalizar el plazo, se abren todos los sobres y el bien se adjudica a quien haya hecho la mejor oferta.
  • Subasta inversa: Se utiliza principalmente en contrataciones públicas o empresariales. En lugar de ofrecer el precio más alto, los participantes compiten por ofrecer el precio más bajo por un servicio o producto.

Según el tipo de bien subastado

Las subastas abarcan una amplia gama de productos, y cada una tiene sus propias particularidades:

  • Subastas de arte y antigüedades: Se centran en obras pictóricas, esculturas, muebles y objetos históricos. Suelen atraer a coleccionistas y marchantes que buscan piezas únicas.
  • Subastas inmobiliarias: Organizadas por entidades financieras o administraciones públicas, ofrecen viviendas, locales o terrenos a precios reducidos. Requieren un conocimiento más técnico y suelen tener plazos y condiciones más estrictos.
  • Subastas de vehículos o maquinaria: Se emplean para renovar flotas empresariales o vender bienes embargados. Pueden encontrarse automóviles, motos o maquinaria industrial a precios competitivos.
  • Subastas de joyas: Entre las más atractivas para el público general, ya que permiten adquirir piezas únicas, exclusivas y a precios inferiores a los del mercado tradicional. En ellas se pueden encontrar desde anillos y pendientes hasta piezas únicas de oro de gran valor, todas ellas certificados y tasadas por expertos gemólogos.

Un ejemplo de las subastas según el tipo de bien subastado, y en concreto de las subastas de joyas, son las organizadas por credimonte.es, el Monte de Piedad de Fundación Bancaja. Estas se celebran a través de la plataforma online Presea, donde los usuarios pueden consultar los catálogos, ver las piezas y realizar pujas seguras desde cualquier lugar. Además, las joyas subastadas cuentan con garantía de autenticidad y tasación profesional, lo que aporta un extra de confianza para el comprador.

Cómo participar en una subasta

Participar en una subasta, ya sea presencial u online, es un proceso sencillo si se siguen unas pautas básicas.

1. Consultar el catálogo

Antes de pujar, es importante revisar el catálogo disponible, que incluye fotos, descripciones y precios de salida. Esto permite analizar qué lotes resultan más interesantes y cuál es su valor estimado.

2. Conocer las condiciones

Cada subasta tiene normas específicas: incrementos mínimos de puja, plazos de pago, depósito previo o comisiones. Leerlas con detalle evita sorpresas posteriores.

3. Registrarse correctamente

Tanto en las subastas presenciales como online, se requiere un registro previo. En algunos casos se solicita una fianza o depósito, que se devuelve si no se gana ninguna puja.

4. Establecer un límite de gasto

Uno de los errores más comunes es dejarse llevar por la emoción del momento. Lo ideal es definir un presupuesto máximo y respetarlo.

5. Seguir el proceso con atención

Durante la subasta, las pujas pueden subir rápidamente, por lo que conviene mantener la calma y esperar el momento oportuno para realizar una oferta competitiva.

6. Formalizar la compra

Si se gana una puja, el comprador debe abonar el importe final según las condiciones establecidas. Posteriormente, recibirá el bien o podrá recogerlo en la sede correspondiente.

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